lunes, febrero 22, 2010

La Autoestima y Yo




LA AUTOESTIMA Y YO

Muchas veces en nuestras vidas padecemos vicisitudes, algunas veces creadas por nosotros mismos, otras por el medio en el cual nos desenvolvemos y otras por aquellas personas con las que interactuamos, siempre el ser humano se encuentra con piedras en el camino y de como las sortea será su aprendizaje. Nadie nos dijo que éste era el “paraíso”, por lo tanto debemos de andar el camino y para aquellos que creen un poco más, con un Angel de la Guarda al lado.

A menudo solemos hacer travesuras y nos castigan por ello, también pretendemos subir la escalera del intelecto pero, al menor tropiezo de un escalón o varios vemos como inalcanzable la meta y nos deprimimos, nuestra mente se revoluciona y depende de la edad en la que te encuentre dejas, abandonas ese camino por inalcanzable, porque tienes que trabajar para mantenerte, en fin por diferentes motivos cambias tu profesión de deseo por la de resignación, aquello que quizás querías ser ya fue y el ahora es lo que te mantiene, o como decimos en la actualidad: “… es lo que hay …”. Nos resignamos y continuamos en la vida con un grado de frustración.

En los tiempos de la “Globalización” o las crisis económicas mundiales muchas veces debemos soportar altibajos en nuestra economía, desplazamientos o lo que es peor aún la perdida del empleo, algo a lo que no estamos acostumbrados pues nuestra cultura nos ha enseñado que: a través de nuestro empleo nos terminamos de desarrollar como persona, nos desenvolvemos, intercambiamos y generamos mayor crecimiento (según la escuela instintivista de Chicago). La perdida del empleo para muchas gentes se transforma en algo calamitoso, pues tiene que ver con la edad cronológica, la actualización de conocimientos, etc.etc. y es aquí donde para esa persona el mundo gira como un tiovivo (calesita) al que no puede subir y su alrededor también lo sufre, comienza a irritarse la relación con sus íntimos y poco a poco va internalizando el: “me quedo afuera del sistema”, “que hago”, “no consigo nada”, “con que afronto esto”. Lamentablemente hoy tenemos que tomar este segmento para entender y tratar a las personas, ya que el mismo se convierte en el eje de las relaciones humanas. No tomamos a lo económico como algo fundamental en la vida, sino, como un medio para alcanzar ciertas cosas. Claro depende de la característica de cada persona para saber como le pega la cosa a cada uno.

En temas de sentimientos el hombre (como especie) sufre también muchos vaivenes, y ello también coadyuva a formar nuestros caracteres, pero claro tampoco la pavada de pretender que esto tiene o debe ser así, sino seriamos masoquistas, sucede que la vida para el hombre es un todo y las alteraciones que sufre se producen por fuerzas centrifugas o centrípetas. Que queremos decir con esto, como dijimos anteriormente el tema económico es importante y un hecho como la perdida del empleo puede llevar a una separación (de hecho las estadísticas indican que en la década del 90 – con el advenimiento de la Globalización – se produjo el numero mayor de divorcios), entre otros ejemplos. Pero también la perdida del otro, la media naranja, el o la peor es nada, la pareja, es un hecho traumatizante y como el hombre no puede estar solo (pues genéticamente el hombre como animal nació para estar en manada) su vida y su carácter se transforma, comienzan a mostrarse fantasmas mentales, frases inapropiadas, ejemplos fuera de lugar, etc. Que muchos llegan a somatizar y algunos a flagelarse (en el sentido mas amplio del termino).

Por lo general los comportamientos son dispares y la estima que cada uno tenga de sí mismo dependerá de la dureza del golpe recibido. Si bien la autoestima tiene una raíz ligada a las características propias de la persona, se forma muchas veces a lo largo de los años por las valoraciones y críticas que vamos recibiendo del entorno. La autovaloración es sumamente importante, ya que las personas que se sienten conformes con su propia realidad son las que habitualmente se plantean constantemente nuevos proyectos y retos, mientras que aquellos que se quedan encerrados en sus inseguridades y miedos difícilmente puedan salir a enfrentar la vida con la voluntad renovada.

Padres que no reconocen los talentos de sus hijos, maestros que castigan a los alumnos porque no demuestran capacidad en un área, grupos de amigos que dejan de lado a algunos de sus integrantes, empresas que despiden a sus empleados por mejores costos o tecnología o parejas que dejan a sus parejas vaya a saber uno porque, son verdaderas “fábricas” de personas que, en un futuro cercano, podrán registrar una muy baja autoestima, disminuyendo sus potencialidades como individuos creativos y capaces. En psicología se asegura que quien tiene una baja autoestima "funciona en la vida de una manera que desperdicia sus dones"

La autoestima es la idea que tenemos sobre nosotros mismos. Es en realidad cuanto se valora la persona y obviamente existe el polo opuesto, es decir, la sobre valoración o comúnmente llamada: autoestima alta. Para comprender mejor aún estos términos veamos a continuación algunas características que las diferencian:

Autoestima alta
• Seguro acerca de quién es y seguridad en sí mismo.
• Capaz de tener intimidad en sus relaciones.
• Capaz de mostrar sus verdaderos sentimientos.
• Capaz de reconocer sus propios logros.
• Habilidad de disculparse y disculpar a los demás.
• Personas que le dan la bienvenida a los cambios.
Autoestima baja
• Inseguridad acerca de quien es usted y falta de confianza en usted mismo.
• Problemas de intimidad en relaciones.
• Esconder los verdaderos sentimientos.
• Inhabilidad de premiarse a usted mismo por los logros.
• Inhabilidad de disculparse a usted mismo y a los demás.
• Miedo al cambio.
• Auto castigamiento.
Es que como hoy está tan de moda nombrar la autoestima, en parte se la ha banalizado, o lo que es peor, se la confunde con la omnipotencia. Y pobre de quien se crea omnipotente Si algo nos enseña la autoestima -o la contracara de la omnipotencia- es a reconocer nuestras limitaciones, pedir ayuda, preguntar, escuchar, respetar la autoridad, reconocer el conocimiento ajeno, ser responsables, cumplir las reglas acordadas y ante todo, a respetar las diferencias de los otros y reconocerlos como semejantes: ni más ni menos.
Para mejorar la situación lo primero que hay que hacer es definir el problema, reconocer los inconvenientes y sus causas. Para eso, es necesario seguir algunas pautas que nos ayudarán a comprender que nada es tan estricto en la vida y que no somos los mejores cuando hacemos algo correctamente ni los peores al fallar. Una pequeña “guía” para aumentar la autoestima incluiría estos puntos:
• Convertir lo negativo en positivo: nunca hay que perder las ganas de pensar en positivo. En vez de creer que no es posible hacer nada, siempre es mejor pensar que con voluntad y esfuerzo las cosas pueden lograrse.
• Nunca generalizar: a lo largo de nuestra vida, tendremos muchas experiencias negativas. Pero eso no significa que las mismas se repetirán hasta el infinito siempre en los mismos campos. O sea: si alguien no se siente a gusto en una carrera universitaria determinada y abandona, esto no significa que la educación superior esté vedada para esa persona.
• Ser consciente de los éxitos, disfrutarlos y potenciarlos: debemos reconocer en nosotros mismos las capacidades que hemos tenido en algún campo de la vida para poder obtener un éxito, disfrutar esas victorias y apuntar hacia esos puntos positivos para incrementarlos aún más en el futuro.
• No compararnos con los demás: sencillamente, porque es inútil y no nos lleva a nada. Cada persona hace su propio camino y afronta sus propias dificultades. Todos somos diferentes y tenemos cualidades positivas y negativas en distintos ámbitos.
• Utilizar pensamientos positivos y constructivos del tipo: puedo hacerlo bien'" u "observar los logros en vez de recordar los errores de forma continua", hay que ser más analítico con las situaciones para tomar decisiones correctas y también es aconsejable rechazar los comentarios despectivos de los demás.
• Perdida del miedo: La persona debe “aprender a apreciar el propio criterio, expresar nuestra opinión y atreverse a actuar aún a riesgo de equivocarnos".

Ya se lo que están pensando: “es fácil decirlo” o “es sencillo escribirlo”, pero cómo se hace, cómo se logra ese cambio que me provoque una mejora en mi estado de ánimo, cómo llego a tener fuerzas cuando no la tengo, cómo puedo reírme cuando no tengo ganas.
En realidad, como dije antes, no hay una receta para esto y si uno se siente como dice Arjona:“ … tengo ganas de no tener ganas …” , la cosa se pondrá peor todavía pues la vida continua y Uds. forman parte de ella. Tal vez deberíamos comenzar por algún lado, no les parece? A veces cuando estamos en el baño y nos miramos en el “espejo” frente a frente con nosotros mismos, a veces repito se enciende una luz que nos permite mirar, nos permite decirnos cosas que nuestro ángel de la guarda las transforma en motivación. Entonces, como a menudo suceden estas cosas porque no mirarnos en el espejo, a lo mejor es el comienzo de algo.
Una vez escribí un artículo basado en una película que me recomendaron “Atando Cabos” y allí se plantea la trama de una situación familiar enredador de una casa vieja que tras un temporal esta se derrumba y permite que el protagonista (Kevin Spacey) vea un hermoso paisaje en el horizonte y un sol espectacular. Lo que deja como enseñanza es que detrás de algo malo hay un sol y un horizonte hermoso.
Y debemos darnos ese permiso para intentar buscar la solución, no es bueno continuar en crisis, por nuestra salud y por nosotros mismos. Recuerden lo que decía Callejeros en uno de sus temas: “… lo reprimido cuando esta cautivo, te pide salir …”
Es una tarde oscura y lluviosa en Buenos Aires, me puse a escribir y no se porque, tal vez para expresarme, tal vez por desahogo o tal vez porque se que Uds. están ahí … y si están leyendo este articulo, también es un buen comienzo.

SUERTE !!!

Lic. Ismael Andrés Alegre
(www.articulosynotas.com.ar)